La Ayahuasca es un brebaje que se obtiene de la cocción prolongada de dos plantas: una liana, ayahuasca (Banisteripsis caapi) y hojas de un arbusto, chacruna (Psychotria viridis).
Hace miles de años que se usa en toda la región amazónica por parte de las tribus nativas. Recibe diferentes nombres: yagé en Colombia, daime en Brasil, nixi pae en lengua cashinahua. Ayahuasca es el nombre en quechua y significa “liana de los espíritus”, ya que tradicionalmente permite conectar con el mundo invisible.
La Ayahuasca tiene efectos visionarios y purgantes. El contenido de las visiones está relacionado con aspectos de nuestra vida consciente o subconsciente y del estado anímico con el que la tomamos. Devuelve el equilibrio emocional y la salud física mediante el proceso de purga, permitiendo sanar traumas, miedos, enfermedades psicosomáticas y entender profundamente aquellas partes de nosotros mismos que desconocemos o hemos descuidado. La purga o vómitos es una forma de expulsar aquellas cosas que llevamos con nosotros y ya no necesitamos o nos están haciendo daño.
No tiene efectos secundarios si se sigue la dieta prescrita, carece de toxicidad para el cuerpo y ayuda a la curación en el tratamiento de adicciones.
El curandero nos convida su ayahuasca al anochecer, sentados en la maloka a oscuras. Luego comienza sus cantos (icaros) que guían y acompañan toda la ceremonia. Dependiendo de cómo transcurre la noche y las necesidades de cada uno, hará las veces de chamán, de terapeuta, de curandero…
Tomar ayahuasca cura. Es difícil predecir si una persona puede o no ser curada, esto depende de su voluntad y de la relación de confianza con el curandero y el proceso de curación, entre otros factores, pero además de la Ayahuasca hay otras plantas medicinales y maestras que pueden ayudar a sanar y mejorar el estado de salud de quienes deseen acercarse a ellas.
En nuestras instalaciones depositan su confianza proyectos de reconocida labor a nivel internacional como Ayahuasca-Wasi (Proyecto Shamánico Transpersonal) o Nixi Pae. Maestros curanderos y chamanes de México, EEUU, Europa, Iquitos, Valle Sagrado del Cusco y la selva del Madre de Dios acuden cada año a trabajar en el lodge Corto Maltés Amazonía.